
Los más veteranos en la computación recordarán los ordenadores que existieron entre los 80 y los 2000, equipos mucho más toscos, pero que cumplían con sus funciones en el uso de los programas y juegos de la época. Estos computadores estaban marcados por características peculiares, como el botón Turbo, el cual es desconocido para muchos de los actuales usuarios de PC y que, contrariamente a lo que su nombre sugería, no aceleraba el rendimiento del equipo, sino que lo ralentizaba, una función que, aunque pueda parecer extraña hoy en día, tenía un propósito específico en aquel entonces.